Hablar de la familia es hablar del corazón de Dios. En un mundo donde los valores se desdibujan y las relaciones se desgastan, necesitamos regresar a los principios eternos que nos enseñan a edificar hogares sólidos. Estos temas no son solo teoría, son una guía práctica para aprender a dejar un legado espiritual, manejar con sabiduría nuestras finanzas, educar con propósito eterno y fortalecer nuestras relaciones en medio de cualquier desafío. Cada enseñanza nos recuerda que no estamos construyendo únicamente para el presente, sino para las generaciones que vienen detrás de nosotros. Al abrazar estos principios, levantamos familias firmes, llenas de fe y capaces de reflejar el amor de Cristo en la sociedad.
Planifica cada reunión anticipadamente con tus estacas, recuerda la estructura de las reuniones deberá constar de Bienvenida, Visión, Retroalimentación, Desarrollo del tema, Conclusión, Ministración, Intercesión, Ofrendas, Refrigerio y Despedida. Todo en un tiempo máximo de 90 minutos.